viernes, septiembre 29, 2006

La entrevista perfecta

Hoy no voy a escribir un poema. Hoy quiero, simplemente, recordar mi entrevista con mi Lolito, Manuel Carrasco, mi isleño preferido. Hace más de una semana estaba con él sentada en torno a una de las mesitas de la cafetería del hotel AC Huelva y, sin embargo, el regusto de sus hipnóticos ojos verdes aún permanece en mi retina.

Entiendo que alguien que no experimente esa devoción por Manuel no comprenda lo hermoso del momento. Entrevistadora y entrevistado en un mismo lugar, frente a frente, desgranando palabras en busca de algo nuevo que contar al mundo, algo que logre seducir a los que se resisten a dejarse enamorar por su música, palabras que suenan a gloria, hechas tesoros para los que le admiramos.

Manuel Carrasco, Lolito para la gente de nuestro pueblo -la hermosa Isla Cristina- y para mí, es un artista. Y no lo digo sólo por que componga, escriba y cante como pocos lo hacen en este país a día de hoy, sino por los inigualables titulares que te ofrece en bandeja cuando mantienes una conversación con él, por su forma de moverse y de comportarse, sencillo y sofisticado a la vez.



Debo reconocer que me ha sorprendido la tremenda madurez de sus declaraciones, en las que poco o nada queda ya del muchachito de OT. Ahora se imagina uno, sin esforzarse demasiado, que podrá llegar adonde quiera, hasta la categoría de genio, si nos ponemos. Tiempo al tiempo. Sólo necesita un empujoncito, el del boca a boca, porque Manuel lo vale y se sabe vencedor, aunque sepa también que hay que trabajar muy duro y que llegará a la cumbre poquito a poco. Digo también que es maduro porque no tiene prisa, porque sabe lo quiere, porque hace lo que le apetece y a nosotros, su público, nos gusta.

En la entrevista que le realicé el pasado jueves 21 de septiembre -un buen regalo de cumpleaños, teniendo en cuenta que alcancé el cuarto de siglo dos días después- para el periódico local La Higuerita, Manuel Carrasco me desveló cosas muy interesantes, pero me quedé con algo que creo que define bien la situación del panorama musical español: "Hay gente que no suena y tiene mucho arte, y hay gente que tiene menos arte y suena más".

En definitiva, que espero que muchos de vosotros podáis leer la entrevista, mi conversación mágica con Manuel, con Lolo, con mi Lolito, y que escuchéis su disco, sobre todo las dos últimas canciones, ya que están dedicadas a Isla Cristina y a Huelva y son realmente preciosas. "Huelva, descubridora, llena de magia/ cada rincón que tienes sabe a mi casa.../ Y remos pa tu barquita, niña, déjame que sea/ pa' sentir cómo el agüita te mece con la marea...". Os recomiendo su 'Tercera Parada', un disco fantástico. Y, por favor, no compréis pirata!

domingo, septiembre 24, 2006

Las cosas que nunca te dije

Reconozco que me cuesta escribir poemas si mi estado de salud amorosa es bueno, si ninguna pena oculta corroe mi alma y me impulsa a plasmar, lápiz y papel en mano, garabatos sentimentales sobre un fondo blanco. Me cuesta escribir pero anoche, en un arrebato de amor que necesitaba gritar al viento, apoyé mi brazo sobre la barra del Pipi para decir al niño de mis ojos que nunca he sido tan feliz y, al tiempo, darle las gracias por todo.

El olor de tu pelo
se traduce
-una vez más-
en la tranquilidad
de saberte aquí a mi lado.

No sabes si echo de menos
tus ojos
en las noches
en que no estás
sobre las sábanas turquesa.

Ni si tu inmesa sonrisa
es capaz de dar luz
a los días de vacío.

Y es que nunca te digo
-nunca escribo-
que te quiero
más que a nadie,
que tu aire
me hace falta para respirar,
para sentirme viva.

jueves, septiembre 07, 2006

La ría

Los paisajes de Isla Cristina me acompañarán para siempre. Para mí, los más bellos... el cielo hecho tierra y mar en un rinconcito del sur. Escenario de los mejores (y los peores) momentos vividos, mi pueblo blanco, mi mar, mi playa, mi ría y esos barquitos veleros que quitan el sentío están tan dentro de mí que al cerrar los ojos parece que puedo tocarlos con la punta de mis dedos. Y ese olor a mar...



Veo las luces naranja del puerto
si cierro los ojos en mi lejanía.
Veo barcos adormecidos
por la calma chicha,
mientras les canta nanas
de luz el faro portugués.

Veo la brisa marinera que mueve,
ondeante, tu pelo negro.

Veo los sueños dormidos,
los rostros cansados,
montañas de redes
a la orilla del muelle.
Veo banderas azules,
blancas y amarillas
y un rumor de olas
salado con plata de luna.

Jirones de existencia

Pasa el tiempo, compañero infame que nunca tiene prisa, y llega el día de despertar...
Mis jirones de existencia
hoy por ti los remiendo
y coso mis hojas hacia atrás
con propósito de enmienda,
con el recuerdo de tus besos
aún clavado en mi espalda;
pero con las ganas de no verte,
con el anhelo de que el hilo
que borde mis lunas
tenga lo bueno de ti
y lo malo de nadie.

Mis jirones de existencia
renuncian hoy -por fin-
a tu nombre.