El pastor evangélico onubense cree que jugará un importante papel en el proceso de reforma del Código Penal · El "desencanto" a todos los niveles le ha llevado a darse de baja como militante del PSOE
-Acaba de incorporarse al Partido Popular en calidad de asesor en materia de Justicia. Enhorabuena.
-Gracias, estoy satisfecho. Mi lucha de estos dos últimos años continúa. La Justicia tiene muchas cosas que cambiar para ser ágil y eficiente, entre ellas el Código Penal y la Ley del Menor, y creo que ahí tengo mucho que decir.
-¿Qué línea va a seguir su aportación personal?
-Quiero dejar claro que sólo voy a dar algunas ideas y que serán los profesionales y técnicos del grupo los que se encargarán de llevarlas al Congreso de los Diputados. Vamos a tener un proyecto de reforma del Código Penal importante. Seguiré la línea que he mantenido durante todos estos años.
-Una reforma orientada, especialmente, al endurecimiento de penas para los pederastas.
-Sobre la mesa estará la prisión indefinida revisable.
-La cadena perpetua, en definitiva. Un tema que levanta ampollas.
-No entiendo que se rechace sólo por el nombre. Estamos en una sociedad nueva, democrática, innovadora... Estos son otros tiempos y hay que adaptarse a ellos sin prejuicios. El partido que no lo haga se va a quedar por detrás.
-Pero esta idea contradice el fin constitucional del sistema penitenciario, que es reinsertar en la sociedad al que fuera delincuente.
-Sí, pero precisamente lo que está pasando ahora es que muchos de los presos no se reinsertan. Cuando la Constitución española habla de reinserción también dice que hay que garantizarla. Hoy no se garantiza nada. El que cumple una pena va a la calle y se acabó, independientemente de que esté recuperado para la sociedad o no. Se ponen en confrontación dos grandes derechos de los ciudadanos españoles: el derecho a la vida y el derecho a la libertad. Pero el Gobierno no puede poner en riesgo la vida de otro a costa de la libertad de unos pocos.
-Ya estoy en ello y viajaré a Madrid continuamente para mantener reuniones con ciudadanos, con gente del partido y con el grupo que trabaja en la reforma del Código Penal.
-¿Por qué un socialista de base decide finalmente formar parte del engranaje político del PP?
-Ellos avalan y respaldan mis planteamientos, mi lucha y la de dos millones y medio de personas que pusieron su confianza en una firma que buscaba esa reforma del Código Penal que este Gobierno del PSOE no ha conseguido y que yo espero que realice el próximo Gobierno. Ahí está nuestra afinidad.
-Todavía no se ha afiliado al Partido Popular. ¿Por qué?
-Por respeto y porque es una decisión que tengo que madurar en frío, no dando pasos en falso. De momento, mi paso decisivo es luchar donde me permiten poder luchar. Luego decidiremos si damos un pasito más hacia delante y hay buenas perspectivas porque tenemos muchas cosas que decir.
-Entiendo que no descarta en el futuro trabajar activamente en la política.
-Por supuesto, aunque de momento quiero trabajar con garantías de poder hacerlo bien.
-Recientemente se ha dado de baja como afiliado socialista, una formación en la que había militado durante años.
-Te voy a contar todo el proceso: manifesté a los dos o tres días de enterrar a mi hija, en medio de ese profundo dolor, que iba a iniciar una cruzada para que esto no le vuelva a ocurrir a ningún niño ni a ningún padre más, que iba a pelear por una Justicia justa. Desde el principio hubo un partido al que, sin importarle mi color político, estuvo al lado de mi iniciativa de recogida de firmas y ése fue el PP. Yo confié en los míos, en el PSOE, pero no vi una respuesta en ellos y me he sentido muy defraudado. Y no era sólo mi lucha, sino la de dos millones y medio de personas de este país, una masa social importante.
-¿En qué momento alcanzó la cima del desencanto?
-Sucedieron una serie de acontecimientos personales y puntuales. Entonces noté que había distanciamiento. La idea de implantar la cadena perpetua asusta a algunas personas, que prefieren conservar un puesto antes que favorecer a la ciudadanía. Yo con eso no comulgo. Empecé a distanciarme hace ya bastantes meses, por no decir años, a tener claro que no iba a seguir en el PSOE. Entretanto, seguí viendo el apoyo del PP, que incluso entregó en el Parlamento una proposición no de ley sobre el cumplimiento íntegro de las condenas y el endurecimiento de las penas. A ella se agregaron el resto de grupos parlamentarios y se aprobó por unanimidad, pero el Gobierno no ha hecho nada después de un año y cuatro meses. Hicieron dimitir a Mariano Fernández Bermejo como ministro de Justicia. Creo que podría haber hecho un buen trabajo y ahí empecé a notar que el Gobierno no iba a hacer nada en materia judicial. A los pocos meses, UPyD me muestra su interés por que vaya en su lista de Huelva para las municipales de 2011.
-El ofrecimiento del partido de Rosa Díez fue de dominio público el pasado mes de septiembre. Se habló incluso de que podría ser cabeza de lista. El devenir de los acontecimientos ha sido, sin embargo, bien distinto.
-La propuesta de UPyD estaba lejos de mi planteamiento y de mi lucha. Pero por respeto les escuché y me comprometí a darles una respuesta este mes, ya que pensaba que el juicio por el caso de mi hija se iba a celebrar en febrero, pero no ha sido así. Intenté reunirme con ellos la semana pasada, pero hubo que posponer el encuentro para después del día 20 por las elecciones en el seno del partido. Finalmente, los acontecimientos se han tenido que anticipar. Había que anunciarlo para que no se filtrara. Entonces me di de baja del PSOE -no lo hice diez meses antes por respeto y porque no dijeran que me aprovechaba del momento para perjudicar a la formación-. La decisión ya estaba tomada, pero la tuve que hacer oficial al incorporarme como asesor del Partido Popular. Ha sido un proceso legal, justo y con el que no he querido perjudicar a nadie en ningún momento.
-A nivel local, ¿en qué medida se ha sentido defraudado por los políticos socialistas?
-A nivel personal ellos sí han querido ayudarme, pero esa no era mi lucha. No necesito nada a nivel personal, sí a nivel social. El único que siempre ha estado en contacto conmigo para mostrarme incondicionalmente su apoyo ha sido Pepe Fernández. Igual que Mai Benabat. Han sido amigos y siempre lo serán. La relación con los cargos del PSOE en Huelva siempre ha sido muy distante, desde un talante institucional. Pero hay que entender que los militantes quieren que se les escuche y puedan participar activamente en las decisiones de una formación.
-En qué medida ha influido en su decisión su estrecha relación personal con el alcalde de Huelva.
-Pedro Rodríguez ha estado conmigo desde el primer día, desde el que ocurrió todo, al igual que los concejales del Ayuntamiento -especialmente Pilar Miranda y Carmen Sacristán-. Me han apoyado en todo, han puesto todo lo que estaba a su alcance de su mano para ayudarme en los momentos más necesarios. Y después de esto siempre han estado ahí y eso hay que agradecerlo. Pedro apoyó la campaña de recogida de firmas, me acompañó al Congreso de los Diputados para presentar las propuestas y ha estado siempre como enlace en los contactos que he mantenido con Soraya Sáenz de Santamaría que han desembocado en mi decisión final.
-Rodríguez descartó el martes que vaya a incluirle en su lista para los comicios del año que viene.
-Me parece bien porque esa no era mi intención. No sé qué va a pasar el día de mañana, pero hoy por hoy no voy a estar en la política municipal. Creo que Pedro Rodríguez es suficiente aval para que pueda seguir trabajando otros cuatro años más. Hasta ahora ha hecho un buen trabajo.
-De paso (intencionadamente o no), se ha quitado de en medio a un posible rival que podría haberle arrebatado algún que otro concejal en 2011.
-(Risas) Eso no se puede valorar porque no se había realizado ningún sondeo. Ahora hay que sumar y no restar ni dividir. Yo le dije a Pedro que le iba a ganar, ¿eh? (más risas). Es una anécdota. Creo que es un gobernante que tiene todavía mucho recorrido en Huelva y él sabe que me tiene de su lado. Mi ciudad es Huelva y yo le voy a ayudar en lo que necesite.
-Hay quien le ve como una víctima de los populares, una herramienta para ganar votos, y tacha de demagógico su proceder al recordar que fue el Gobierno de José María Aznar quien rubricó la última reforma de leyes como la del Menor.
-Y yo quiero recordar que fue el socialista Juan Alberto Belloch en 1995 quien propuso la última reforma del Código Penal, el gran fracaso de la Justicia española. Esa gran reforma ha producido mucho daño a la sociedad española. No me siento utilizado. No hay ningún oportunismo por ninguna de las dos partes, hay un deseo de trabajar por este país y, como se dice en Andalucía, nos hemos unido el hambre y las ganas de comer. Ahora me siento con más fuerza que antes porque me respalda un grupo con potencia parlamentaria.
-Está dispuesto a asumir todas las críticas.
-Las críticas, sinceramente, no me afectan y me animan a no tirar la toalla. Sé que va a haber una maquinaria sin argumentos activada por aquellos que saben lo que se les viene encima ante la inoperancia de un Gobierno en materia de Justicia.
-Otras voces opinan que se está aprovechando de una circunstancia trágica para hacer política.
-Es de recibo recordar que la consecución de su objetivo no tendría carácter retroactivo y, por tanto, no va a beneficiar en nada al caso Mari Luz.
-En nada. Por eso quiero que se separe totalmente el caso de mi hija de mi trayectoria. El que use esto para dañarme a mí es inhumano. Acepto todas las críticas sobre mi trabajo, pero que se aproveche el caso de mi hija para cuestionar mis decisiones me parece de gente sin escrúpulos.
-Los hay contrarios a su incursión política por su falta de formación universitaria y especializada.
-Hay una garantía ahí y es que Juan José Cortés siempre va a ser honesto y la causa que defienda la va a llevar hasta el final. Ningún ciudadano ni cargo público es capaz de afrontar un mandato sin asesores y gente técnicamente bien preparada. José Luis Rodríguez Zapatero tiene 600 asesores. Luego hay otro tipo de personas que aportan ideas y marcan una línea de trabajo y ahí es donde yo puedo hacer mucho. Si el PP alcanza el Gobierno, los ciudadanos van a tener una voz directa en él. El PP, al abrir los brazos a Juan José Cortés, está acogiendo a más de dos millones y medio de personas.
"No tener que caminar por El Torrejón cada día nos ayuda a sobrellevar mejor el dolor"
-Su familia ha sido un gran apoyo para usted en su cruzada.
-Si no me hubieran apoyado, no estaría aquí. Han entendido que mi lucha es una necesidad. Estamos preparados para todo lo que pueda venir. Irene, mi mujer, además de ejercer como madre, tendrá un papel de animadora en mis momentos bajos. Daré mi vida por los míos, porque mis hijos estén felices y orgullosos de su padre.
-¿Teme no poder conseguir todo lo que se ha propuesto?
-No. Tengo toda la vida para hacerlo. No tengo nada que perder ni nadie me va a causar más dolor del que ya he padecido.
-Llevan tiempo viviendo en San Juan de Aznalfarache (Sevilla).
-Hemos sido muy bien acogidos allí. Vivimos en la casa pastoral de la iglesia evangélica. Ha sido un bálsamo para nuestras heridas profundas. El hecho de no tener que caminar por el centro de todo el sufrimiento que tenemos cada día nos ayuda, no a olvidar, que es imposible, pero sí a sobrellevar un poco mejor el dolor.
-¿Qué echa de menos de El Torrejón?
-A mis familiares, mis vecinos, mi casa... Ahí estaba nuestra vida.
-Siguen necesitando asistencia psicológica.
-Sí y no podemos abandonarla. La necesitamos. Esto tiene sus días lúcidos y sus días grises y es ahí donde tenemos que contar con ese apoyo.
-¿Cómo se han adaptado sus hijos a esta nueva realidad?
-Nos hemos ido adaptando un poco a aquello y están contentos allí. Juanjo ha firmado por el juvenil del Sevilla F.C. y Dani también está en los escalafones inferiores. El fútbol es nuestra gran pasión.
-Ellos llevan el sentimiento de pérdida mejor que vosotros.
-Bastante mejor, pero no nos podemos relajar. Irene y yo somos más maduros. Ellos se irán dando cuenta conforme pasen los años de todo lo que ha acontecido. No hay que bajar la guardia.
-Les queda otro trago amargo por pasar, el del juicio.
-La vida nos dará a partir de ahí un punto y aparte. No sé cómo lo vamos a afrontar. Será duro. Sólo espero que la Justicia sea implacable con aquellos que agreden de esta manera a la sociedad española. Ya cometió un error grave que le costó la vida a mi hija. Espero que ahora las cosas sean justas de verdad.
