jueves, enero 29, 2009

19 de mayo

Descubrí este poema en una tarde cualquiera de teatro, de aquellas con olor a cerrado del salón de actos del instituto, de amores nuevos y lágrimas negras de rímel corrido. Recuerdo como si fuera hoy la primera vez que cayó en mis manos el texto inmenso, terrenal, hermoso del granadino Javier Egea. Tuve que aprenderlo de memoria y fue en placer. Aún sé repetir alguna estrofa y eso que hacía ya muchos años que no lo leía. Hoy me he reencontrado con él y sigue impertérrito, tan emocionante, cálido y rotundo como siempre. Ahí os lo dejo, espero que os llegue tanto al alma como a mí.


19 de mayo


Existe una razón para volver.
6 de la madrugada de la calle Lucena
donde los basureros y el sereno
tenían su eterna cita
con el café con leche y el aguardiente seco,
adonde los borrachos concluían
la noche soñolienta del vino repetido.

19 de mayo. Pensión Fátima
en donde la pregunta del abrazo desnudo
supo al fin el porqué de tanta lucha,
la clave del sudor sobre las sábanas,
y la virginidad redonda, amanecida,
reconoció la llave de su casa madura,
con una verde mano le puso rumbo exacto
y la llevó a su centro
y siempre siempre siempre
nació allí la tormenta del esperado amor
como un racimo.

¿Quién hubiera pensado
que la 3ª planta,
la habitación oscura,
el urinario sucio,
las hojas del diario clavado en la pared
y la maceta artificial,
el plástico
de las flores chillonas,
iban a ser testigos
de aquel incandescente poderío,
de tanta luz sin freno,
de aquella tempestad acribillada?

Después de tantos pájaros
persiste en los teléfonos del aire,
en alta mar aún vive
y es el regreso un tramo de la vida.

Existe una razón
para volver a la ciudad del gozo,
a la pequeña aldea de la pensión barata
y las comadres
raídas en la esquina.
Existe una razón
para aquella manzana de casas apagadas,
para una turbia calle
que fue la geografía de mi primer amor,
el mapa donde tuvo mi gran pasión su cuna.

Javier Egea, A boca de parir

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