domingo, noviembre 15, 2009

Crisis y prostitución callejera

La crisis devuelve a las calles a muchas mujeres que dejaron la prostitución

La actividad de las meretrices en las vías urbanas de la capital se ha incrementado un 20% en el último año · Cáritas ha atendido desde enero pasado a unas 80 mujeres


La actual coyuntura económica, que abandera una recesión económica cruda y sin escrúpulos, conlleva en sí misma una serie de consecuencias sociales ante las que la prostitución no se muestra inmune. Su impacto no sólo se ha traducido para las mujeres que ejercen la prostitución en las calles de Huelva en una reducción importante de ingresos, según evidencia la responsable del proyecto de Atención a la Mujer Marginada (Ammar) de Cáritas Huelva, Juana Redondo, sino en un regreso obligatorio de las que ya lograron salir de ese submundo y ahora se han visto abocadas a recaer. Para estas mujeres, que habían peleado duro "por salir de ahí", tenían una vida estable y un trabajo "normal", volver a hacer las calles supone "ni siquiera dar un paso atrás", sino rubricar "un fracaso enorme".


Foto: Informe Semanal

No es fácil soportar psicológicamente el ejercicio de la prostitución callejera, sobre todo después de haber tenido que superar el estigma social que les persiguió durante años y aferrarse al tren de una vida que pueda dar la espalda a la explotación de sus cuerpos para sobrevivir. Muchas de estas mujeres "son inmigrantes que estaban trabajando en empresas de limpieza" que han cerrado o han prescindido de personal. En estos casos, la situación se agrava cuando la mujer no ha logrado cotizar los seis meses necesarios para renovar su permiso de residencia y trabajo. Redondo augura además que "puede que muchas de ellas pierdan esos papeles en los próximos meses" y señaló a la dificultad para obtener un empleo para otras tantas que necesitan regularizar su situación en España. "Se están jugando su futuro", apostilla, ya que además de tener que regresar a las calles "no van a tener previsión de que su situación se estabilice" a corto plazo. Un escollo más es el llamamiento a los nacionales a las campañas agrícolas, un sector laboral en el que podría emplearse alguna de ellas. Para más inri, "la mayoría tiene que mantener a su familia en origen", por tanto, la merma de ingresos de las prostitutas extranjeras también "está afectando a otros países".

Cáritas ha registrado este año un incremento importante del 20% en el número de mujeres que ejerce la prostitución en las calles de la capital. Este aumento se ha hecho especialmente patente "a partir de este verano". Mientras que en 2008 la ONG había atendido a unas 120 mujeres, fundamentalmente nigerianas, en lo que va de año ya ha prestado ayuda a más de 80, especialmente "españolas y de Europa del Este, una realidad que no estaba en nuestras calles". Juana Redondo añadió además que se ha constatado un repunte en el número de mujeres que vienen a Huelva a prostituirse procedentes de capitales como Madrid, Barcelona o Valencia. La causa: "Que es una ciudad más pequeña, hay menos competencia y generalmente conocen ya a otras mujeres aquí" que las guían.


Redondo recuerda que en el año 2000 "la prostitución había desaparecido prácticamente de las calles de la ciudad". Cuando Cáritas empezó con el programa Ammar, apenas atendía a entre tres y cinco prostitutas a la semana. A día de hoy, la cifra ha ascendido a una veintena (cuatro veces más).

Foto: AFP


La zona seleccionada por las prostitutas para ejercer su oficio en la capital es la Avenida Molino de la Vega. A veces, incluso el Paseo Marítimo, a las espaldas de la barriada de La Navidad. La estación de autobuses de Damas también es un punto de encuentro a tener en cuenta, ya que es allí donde "realizan la captación del cliente".


El colectivo de mujeres que desempeñan en Huelva el oficio más antiguo del mundo puede subdividirse en tres tipologías bien diferenciadas. La primera de ellas engloba a las que "llevan una doble vida". Se trata de mujeres mayores de 45 años, con cargas familiares "que asumen solas" y que llevan una vida "aparentemente normal, pero contactan con sus clientes a través del móvil y quedan con ellos en casas de citas clandestinas". En un segundo grupo se encuadran las españolas, más jóvenes que las del primero, con edades comprendidas entre los 18 y los 35 años, que se adentran en el mundo de la prostitución para "mantener su adicción a las drogas, ya que suelen ser toxicómanas".

En el tercer grupo, el más nutrido de todos y que "va en aumento", según Cáritas Diocesana de Huelva, están las inmigrantes. La mayoría procede de Nigeria, tiene menos de 30 años y llega a España alentada por "el gran sueño europeo". Muchas han llegado a Huelva "andando, sólo conocemos a una que haya venido en avión". Tras un viaje duro, plagado de contrariedades, al llegar a España y verse "sin permiso de residencia ni de trabajo, su sueño se desmorona".


No suelen tener estudios medios o superiores. "Muchas de ellas solían trabajar en Nigeria como cajeras de supermercado o peluqueras" y pertenecen a familias muy numerosas. La tónica es engañar a sus familiares, ocultarles cómo ganan el dinero que les envían cada mes. No consumen drogas y su máxima aspiración es mantenerse económicamente hasta que obtengan el permiso de residencia y trabajo (para lo que habrán de esperar tres años).


La consecución de dinero rápido a través de la explotación del propio cuerpo "no es, en absoluto, fácil", explicó Redondo. De hecho, conlleva graves daños psicológico y genera traumas que, en muchos casos, permanecen latentes durante toda la vida. La pérdida de autoestima, "el sentirse aisladas, solas, menos mujer que el resto", es el pan nuestro de cada día. Las mujeres extranjeras suelen concentrarse en conseguir todos los documentos necesarios para regularizar su situación en tres años. No todas lo logran. Entonces, llega la desesperanza y "se dan cuenta de cuál es su realidad".

Perdonad el abandono

Hace tiempo que no escribo nada por aquí. Probablemente, muchos hayáis tirado la toalla y no volváis a adentraros en estos jirones de mi existencia. Para los persistentes, ésos que buscan un refugio en mi sencillas palabras, va este mensaje de reencuentro. Trataré de retomar mi actividad bloguera. Te lo mereces, me lo merezco. Anque no lo parezca, sigo creando. Lo hago a diario en el periódico Huelva Información, pero también en las últimas hojillas de mi cuaderno azul del trabajo, salpicadas de poemas desmembrados, ideas, versos solitarios.

Ahora estoy más motivada que nunca. Escribo Carnaval. Lo intento. No sé qué saldrá de aquí, pero el proyecto es hermoso y me acerca más a mi tierra, esa Isla Cristina grande y musa de mi inspiración. Espero que os guste. Seguiré informando. Ahora os dejo con algunos reportajillos que quería colgar desde hace tiempo aquí, para los que no los hayáis leído. Besos.

La legendaria torre dormida en el Palacio

(Éste es uno de los reportajes más interesantes que he realiado últimamente. Lástima que no me dieran más espacio para publicarlo). http://www.huelvainformacion.es/article/provincia/558258/la/legendaria/torre/dormida/palacio.html


El director de Promoción Cultural de la Universidad de Huelva, Juan Luis Carriazo, lo tenía claro: en el corazón del Palacio de Doñana yacían los restos de una legendaria torre solapada por el irreductible desdén del tiempo. Su vocación, la de profesor de Historia Medieval en la Onubense, y su inquietud investigadora le han impulsado durante años a bucear por los archivos nobiliarios. Ya en 1999, Carriazo había publicado un libro titulado A través de Doñana en el siglo XVII, donde narraba un viaje que había realizado el Conde de Niebla desde Huelva hasta Sanlúcar de Barrameda y en el que ya mencionaba el aposento de la torre. En su poder tenía Carriazo algunos planos del siglo XVIII en los que se describía "con gran detalle la ubicación de ésta, sus medidas exactas, los aposentos, la planta baja y la superior", a través de los que pudo constatar que la potencia de los muros del torreón era "mayor que los del resto del Palacio de Doñana, lo que indicaba que era anterior o que pertenecía a otro momento constructivo". Como complemento, el investigador de la Universidad de Huelva localizó en los archivos de Medina Sidonia textos descriptivos "de personas del pasado que la habían conocido, que decían incluso lo que se veía desde arriba o que se accedía a ella a través de un puente levadizo".




La datación histórica del palacio, del que las instalaciones de la Estación Biológica de Doñana (EBD) del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ocupan buena parte de su superficie, se ha fijado en torno a 1585, la segunda mitad del siglo XVI, época coetánea a Felipe II. La torre "era anterior, pero no podíamos decir de qué época". Juan Luis Carriazo confesó que la daba "por desaparecida", puesto que no quedaba ninguna evidencia visible a simple vista de la fortificación. En ocasiones, preguntó a "personal de la EBD y de Doñana si recordaba restos de la torre, pero nunca nadie me dio una pista sobre el asunto".


En mayo de 2008 contactó con un buen amigo, el fotógrafo Héctor Garrido -que trabaja para el CSIC-, para realizar una visita al corazón del parque. Carriazo mostró a Garrido una copia del plano que señalaba la ubicación del torreón palaciego. Éste localizó enseguida el punto exacto: los establos de la propiedad de la familia González Gordón. "Fue algo increíble, hubo muchas casualidades que nos llevaron hasta allí", declaró el fotógrafo. Y es que "ese lugar generalmente está cerrado, pero aquel día empujamos la puerta y descubrimos que estaba abierta", chirriaron los goznes, crujió la madera, se adentraron en la penumbra.

Carriazo encabezó la incursión con la vista puesta en la solería, donde buscaba alguna evidencia, "una marca o espacio que recordara el lugar en el que había estado". Jamás pensó que era posible lo que encontraron finalmente. Frente a sus ojos se alzaba ajena al devenir de los tiempos la planta baja de la torre. Los muros inclinados en talud ("el alambor"), coronados por una moldura decorativa que enlazaba la estructura de base con la pared recta de la torre, y su cámara interior se conservan al completo. Supuso "una sorpresa espectacular", una descubrimiento que Héctor Garrido define, simplemente, como "emocionante".




Se trata de unos restos de muro de gran envergadura, con una altura de más de dos metros y una longitud de ocho metros por ocho metros. La torre "era muy alta para la época, tenía en torno a los 40 metros de altura", especificó Carriazo. Los textos de la época "nos señalan que podría haberse construido en 1416". Principios del siglo XV, casi dos siglos antes de la edificación del Palacio de Doñana, lo que corrobora que durante la Edad Media existió actividad social y económica en el Coto. Era una torre para controlar la ruta de paso del ganado hacia las zonas de pasto de Doñana, ubicada a mitad de camino entre Sanlúcar de Barrameda y El Condado, un corredor que posibilitaba a los Guzmanes atravesar la provincia de una punta (La Puebla de Guzmán) a otra sin abandonar sus dominios. Las fotografías del archivo de la EBD-CSIC de los años 60 del siglo pasado refrendan que todavía estaba en pie el torreón y que se usaba como palomar. Garrido y Carriazo pudieron, incluso, localizar al albañil que demolió el cuerpo superior de la fortificación. "Uno de los guardas de Doñana recordaba cómo había entrado en la cámara inferior, dónde habían aparecido esqueletos", un hallazgo que ha generado la aparición de leyendas que hablaban de que constituía "la mazmorra". Ahora, es necesario iniciar los estudios arqueológicos pertinentes para poder datarla con exactitud.
Fotografías: Héctor Garrido/ EDB-CSIC