sábado, marzo 29, 2008

"Se ha reído de la justicia escondido tras su cara de inocente"

Raquel Rendón/ Huelva Fotos: Josué Correa

Volvió a comparecer ayer (miércoles 26 de marzo) por segunda vez ante decenas de medios de comunicación tras el entierro de su hija, la pequeña Mari Luz Cortés. La cita era importante: la Policía ha detenido "a mi sospechoso", al hombre al que apuntaba con el dedo toda su familia, al pederasta que vivía a menos de cien metros de su casa y que le ha arrebatado a su niña del alma.

Juan José Cortés confesó que "aunque la felicidad en mi vida será muy difícil que encaje, estoy satisfecho de que por fin a Mari Luz se le vaya a hacer justicia". Quiso dejar claro en todo momento que "para nosotros esto no ha sido un jarro de agua fría. No me gustaría que me dieran el pésame, todo lo contrario, porque al final el que ha hecho un daño irreparable lo va a pagar". Sin embargo, confesó que "estoy triste porque otra vez se vuelve a abrir la llaga, otra vez empezamos a recordar la hora en que Mari Luz salió de casa".

La mayor de sus penas es la irreparable pérdida de su hija y que "el primer día ya estaba todo hecho. No le deseo ni un solo día de los 54 que he pasado ni al asesino de mi hija, fíjate", expresó consternado. Con esto pedía, simplemente, que los hechos no vuelvan a repetirse. "Pido que no burle a la Justicia en esta ocasión. Se ha reído de la Justicia durante años, ha sido capaz de vivir detrás de la cortina de esa cara tan inocente que a veces aparenta y esconde a un asesino; lo ha escondido durante muchos años, en los que ha abusado de muchos niños y son ellos los que han pagado las consecuencias de ese disfraz que se ha puesto".


Como padre, Juan José tenía un pálpito y sus peores sospechas se han confirmado. "La culpa sólo la tiene uno y ése se llama Santiago del Valle García, además de su mujer y su hermana y algún inculpado más, que son cómplices de sus fechorías". Ahora que hay "un nombre y una cara", por lo que apeló a la Justicia para que no se oculte la identidad. "El rostro de estos asesinos que abusan de niños deberían ponerlos en lugar visible para que todo el mundo sepa de lo que son capaces, para que todos los niños puedan estar a salvo".
Aunque para él el presunto asesino de Mari Luz es un "enfermo", exigió que no se rebaje la pena del presunto autor de los hechos por sus problemas psiquiátricos, ya que "ha sido capaz de elaborar un plan para matarla, deshacerse del cuerpo y para huir, y eso no lo hace alguien que no está en sus cabales".

Juan José sabe bien que el presunto asesino "ahora hará lo posible para que no lo acusen, para que la pena sea mínima". El primer paso de esta evasión es, tal vez, la declaración realizada ayer por Santiago del Valle en la comisaría de Cuenca, en la que decía que la muerte de Mari Luz había sido "accidental". Cortés opina al respecto que "cualquier persona que mate a otra por accidente intenta reparar el daño y se hace responsable de los hechos, no oculta el delito como ha hecho él". Además, agregó que "sólo hacen falta unos minutos para hacer desaparecer un cuerpo tan pequeño como el de una niña de cinco años".

La madre de Mari Luz, Irene Suárez, ni siquiera pudo comparecer en la rueda de prensa. "Mi mujer se ha llevado otro golpe, pero los más duros ya los teníamos en el cuerpo".
No hay tiempo para lamentos porque "no voy a descansar ahora", después de haber vivido 54 días tortuosos, de haber "velado a mi hija tres días, soportar que le hicieran dos autopsias y de pasar por un entierro terrible". Para Juan José Cortés, todavía no es tiempo de descansar, de llorar en silencio por su hija de cinco años: "Tengo que luchar contra este hombre y queda un largo proceso abierto hasta el juicio. Ha matado a mi niña y tendrá que pagar por ello".
Hace más de un mes supo que el detenido había intentado abusar de una niña en Gijón. Se enteró a través de "su propio hermano, Curro del Valle, y entonces se me vino el mundo encima y pensé que todo había acabado".


Hay espinas que se clavan y se llevan en el alma para toda la vida. "Creo que pasé muy cerca de mi hija el día en que desapareció, porque cuando salí a buscarla bajo la lluvia durante toda la madrugada, si se confirma el sitio en el que fue arrojada, pasé muy cerca del lugar aunque no pude encontrarla y es algo que me va a quedar ahí para toda la vida".

La rabia y el dolor son incontenibles. No obstante, Cortés pidió a todos los ciudadanos que "tengan paciencia, que se mantenga la calma". Y es que "sé que hay mucha rabia en todos nosotros, en todos vosotros, que dan ganas de hacer justicia por nuestra propia mano, pero creo que es mejor dejarlo en manos de la Justicia que será la que ponga al final a estas personas en su sitio".

El abuelo de la menor, Juan Cortés, comentaba visiblemente afectado por el transcurso de los acontecimientos que "Santiago del Valle mató a mi nieta y debe pagar por ello, igual que todos sus compinches", aunque se mostró satisfecho por su detención.
Francisco Valentín Cortés, tío de la víctima, aseguró que "en la familia todos estamos satisfechos porque este tío era un peligro para todos. Es como si andara suelto un conductor que siempre va en dirección contraria".

Como botón de muestra de la "calaña de esta gentuza", comentó la persona encargada de coordinar a los voluntarios, Carmen Soriano, es de recibo saber que "la cuñada del detenido interpuso una denuncia a Diego Cortés (tío de la niña) por preguntarle a Curro del Valle dónde estaba su hermano, alegando que le había agredido cuando era mentira".
Por último, Juan José Cortés agradeció a todas las personas que han ayudado "a buscar a mi hija y a encontrar a este individuo su colaboración; ahora sólo queda esperar que se haga justicia".

"Esto nunca fue un ajuste de cuentas"

Juan José Cortés se alegró ayer cuando una periodista le hizo la pregunta que esperaba: “Esto nunca fue un ajuste de cuentas”. Con esta rotunda afirmación despejó todas las dudas y especulaciones que se han venido vertiendo entre susurros por los mentideros de la ciudad: “Yo en mi vida he tenido problemas con nadie, mi familia es muy querida en el barrio, luchadora, nos ganamos el pan trabajando y sin hacer mal a nadie”.

Ahora, por fin, puede respirar tranquilo, al igual que muchos de sus familiares, sobre los que pesaba la enorme carga de la rumorología infame. Cortés explicó que el hecho de que “tengamos una discusión con uno o con otro no quiere decir que seamos el enemigo número uno de esta barriada. Somos una familia conocida y querida en Huelva”.

Para las malas lenguas, “esos eruditos”, dijo con cierta carga de rabia, “que con todo lo listos que son deberían saber que los ajustes de cuenta no se solucionan así, con niños pequeños. Se ajustan de otra manera”. A lo largo de su discurso, repitió que esto no ha ocurrido porque ese hombre tuviera algo contra mí, ni yo contra él, sino porque es un desquiciado mental. Que no se excuse en esa locura para evadir a la Justicia”, a lo que agregó que “este señor no es gitano, quiero dejarlo claro, ni su mujer tampoco”.

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