viernes, marzo 06, 2009

Resaca


Qué hacer

para que amaine

el temporal,

para que la trifulca

de nubes tiznadas

de amargura

deje paso

a la luz suave

de la calma chicha.



Mis manos están vacías

y no puedo entregarte

más que este cachito

de espacio que me pertenece.



No tengo más.

A veces me conformo,

resigno mi espalda

a los latigazos del destino.

Veo pasar la vida

esquiva

por el cansino

tic tac del minutero.

No se detiene.

No espera.



Y temo que acabe

la tormenta

y el lejano

rumor de las olas

no traiga

tu aliento hasta la orilla.

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