Tenía tantas cosas
guardadas
en el cajón de la vida
que he olvidado...
Tantos besos que darte,
tanta luz que ofrecer a tu horizonte...
Y míranos.
Callados,
tú en tu silencio insolente,
yo con palabras osadas,
maldiciendo
las sombras del reencuentro
en esta noche
de pérdidas
y cansancio.
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