domingo, junio 04, 2006

El niño de la boca de luna

Uno de esos días en los que las ganas de levantarme de la cama se me habían atragantado, hace ya mucho tiempo, abrió la puerta de mi vida un joven caballero apuesto, hermoso, de ojos negros como la noche... Estaba dispuesto a regalarme su sonrisa a cambio de nada, y yo le devolví el presente dedicándole este poema. Nunca estuvimos juntos, pero consiguió sacarme, a golpe de seducción, del profundo pozo en el que me sumí durante muchos años. Hoy voy a permitirme el lujo de abrir mi poemario internauta con este homenaje personal al niño de la boca de luna.


Hoy he decidido
que te mereces mi tiempo.
Y lo he decidido
porque mi pecho te duele,
porque yo sé que me sueñas.

Hoy he decidido
que me merezco tenerte.

Decidida estoy
a esperar que me hagas,
a que compongas mi vida
como se hace un poema.

Decidida por siempre
a adorarte en silencio
hasta que te des cuenta,
hasta que el cuerpo aguante.

He decidido hoy
que voy a esperarte
como a un sueño sin luna,
como a un tren sin horario.

Lo he decidido. No digas nada.
Ya no hay retorno posible.

No hay comentarios: