viernes, junio 16, 2006

Un hueco oscuro en mi pecho

Hace muchos años que escribí esto. Hubo un momento de confusión en mi vida que duró meses, tal vez años... Tenía los ojos marrones, una sonrisa que me volvía loca y unas manos que me hacían olvidar que estaba enamorada de otra persona. Creo que le amé, a mi manera. Él no entendió muchas cosas de mí que yo, a día de hoy, tampoco comprendo. Deberíamos haber sido valientes, probar si la vida nos daba una oportunidad de ser felices, juntos, de la mano. Hace poco he tenido noticias suyas, y me acordé de él. Ha sido uno de los hombres más importantes de mi vida. Pienso que será de esas espinitas que se alojan en algún rincón del corazón para toda la vida, de ésas que, si se rememoran, vuelven a hacer daño.

A Jesús


Has sido un tropiezo en mi camino.
Aunque nunca me creyeras,
no fuiste uno más en la lista:
en mi deambular
olvidé el corazón sobre tu nombre
y allí se quedó sin obedecerme
cuando lo obligué a volver a mi,
cuando lo obligué a olvidarte.

Has sido un hueco oscuro en mi pecho,
la imagen congelada de un beso en la noche.
Jamás podré olvidar tus ojos
que miraban con una ternura suave.

Has sido un sueño,
una equivocación,
otra piedra en el camino.

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