El muro de las lamentaciones
No está el color de mi disfraz
en el dolor de tu partida.
Las madrugás de la pasión
murieron con tu despedida.
Silencios en el corazón
de la Gran Vía solitaria.
Te mataron a traición.
Tapia desnuda y sin sabor,
tarde de escombros y terror.
Muro de la vergüenza
para el mundo del carnaval,
que llora por tu ausencia
pero no peleó
la batalla final.
Jarilla en tu ambigú,
copita en mano
yo era el vencedor
por mi salud.
¿Quién se llevó tu dignidad
hace cuatro años sin tener piedad?
¿Quién te defendió cuando el traidor
te derribó el honor?
Se escuchan -como en Jerusalén-
lamentos sin ti, teatro fiel.
Muro al egoísmo.
Tu recuerdo, Gran Vía, me duele
porque ni yo mismo
luché por ti.
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