A Isla Cristina
Hay un lugar como el marfil
bajo la luz de las estrellas,
de piel morena en el vaivén
de bajamar y atardeceres.
Otras batallas dejé atrás,
he conquistado mil fronteras
y aquí me quiero quedar.
No hay otro Edén en el azul:
mi paraíso eres tú.
Pequeña Isla Cristina,
tan hermosa en el resplandor
del cielo en las salinas.
Perfumada de mar,
mi delirio de amor.
Mil lunas besarán tu espalda blanca,
tu figura añil, tu caminar.
Me sabe a sal tu boca al sol,
a labios prohibidos en el callejón.
¿Qué tiene el calor que tú me das?
Mi voluntad no es más
que un barco que arrastra el temporal,
quimera de escamas, soledad.
Eres luz, mi calma…
Quiero ser cada noche sagrada,
bendita aliada,
tu guardián.
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