Pasodoble a la peña Las Monjas
La niña que monja nació
enamoró a to los isleños.
Enano y negro subalí,
un san Fermín para el recuerdo.
Chavales loquitos de atar
que luego fueron japoneses,
mariquitas con plumón,
mendas lerendas, Flannagan.
pobres de guante y chaquetón.
Esa murga valiente
lleva al Dela en el corazón,
capitán de su gente,
de su peña el timón
que jamás dijo adiós.
Habéis sabido dar
brillo a la calle
otro martes más
de carnaval.
Qué chiringuito se ha montao
pa recoger fresa y estibar pescao;
lo mismo es tontón que iluminao.
Veinte años sin parar.
Es la historia de una agrupación
que espera otra vez tras el telón
cantar sus canciones
pa reír con su pueblo y
echarle más de dos cojones
a la verdad.
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