sábado, octubre 28, 2017

El secuestro



Maquino.
Imagino cada instante
del secuestro.
Te dejo resbalar
por mis párpados cerrados
y busco lo preciso
del momento.

Maquino sin parar.
Porque voy a secuestrarte
el corazón cobarde,
voy a rehogarlo 
con mi carne blanca,
voy a sacudirte las alas sucias
y a levantarte el corazón
cada mañana.

Maquino y me recreo.
Te arrastro hasta la orilla
del mar vivo
de mi playa.
Te obligo a ver el sol
adormecido,
y lames el calor
de mis mejillas,
la risa se despierta
y sopla el viento,
y vuelve a renacer
la maravilla
de verte amanecer
entre mis piernas.

Maquino tu secuestro
de besos sin secretos
y tu mano con mi mano.
Te robaré una noche.
O tal vez para siempre,
hermoso compañero
de dulces madrugadas.

Si no te quedan alas,
te las presto.
Verás como te brillan
las mañanas.



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