viernes, octubre 20, 2017

La incógnita

Me pierdo.
Creí saber dónde estaba,
tenía marcado en el mapa
el lugar exacto del anclaje
 de mis pies cansados.

Sabía dónde buscarme
y cómo encontrarme. 
Ya no me daban vértigo
las noches vacías,
el eco en la casa,
mi cama sin dueño.

Así pasaba los días.
Hasta que irrumpiste
en ella,
hasta que te colaste
por cada una de mis rendijas.

Te dejé pasar.
No me arrepiento.
Es más, quise abrirte
mi pecho de par en par
para alojarte dentro.

Ahora no sé dónde estás.
Un golpe seco,
un vuelco idiota,
un malabarismo imposible,
un grito cobarde,
un pecho ansioso...

Y ya no sé dónde buscarme
ni cómo encontrarme. 
Y vuelven a darme vértigo
las noches vacías,
el eco en la casa,
mi cama sin dueño.

Dónde está tu boca.
Dónde mascullas ahora mi nombre.
Es una incógnita.


No hay comentarios: