viernes, junio 16, 2006

Nada

Mis poemas son tristes. No suelen hablar de amor correspondido. Qué le vamos a hacer, si el dolor me hace escribir... Este poema tiene muchos años. El amor se iba marchitando. Para mí se iba convirtiendo en obsesión, para él se tranformaba en rechazo, aunque en algún momento intercambiamos los papeles. Una lucha sin tregua y sin finales felices de comer perdices. Y éstas eran mis sensaciones. ¿Qué os parece?


Por los resquicios abstractos del alma
hay un hueco de hollín envasado al vacío;
nada arde, nada late.

Se ha marchado ya otro beso hacia el olvido
y el silencio febril lo abarca todo;
nada vuela, nada vive.

La ansiedad pesa sobre los hombros raídos,
la carga se me ha hecho insoportable.
Nadie llora, nadie ríe.

No quiero ver tus ojos en los míos.
Ahora tengo yo la fuerza que tú añoras.
¡Qué secos estos ojos!
¡Qué negra esa mirada!

Adiós (ya no te amo).
No podemos cambiar nada.
¡Vuela lejos!
Y no vuelvas que, en mi alma,
el dolor ha empañado los cristales.

1 comentario:

Patriice dijo...

Vaya! Realmente acabas de dar un giro de 180 grados a mi larga tarde de domingo de trabajo...Como dice mi muy mejor amigo, es bueno que siempre queden cosas por contar, incluso cuando ya parece que se ha dicho todo...
Me encantan tus poemas y el lead de cada uno, es como cuando los cantantes explican algo de la canción que están a punto de cantar ;)
Bienvenida a la red, ya no podrás salir.Un beso