miércoles, mayo 16, 2018

Luna nueva



Como la oquedad
que me baila en el epicentro
de todo lo visible y lo invisible
se me presenta esta luna
oscura de mayo.

No brilla. Se oculta
en el cielo espeso
pero ahí está, 
vigilándome impertérrita,
riéndose a carcajadas
de la pérdida
y la ausencia que
ofrece un regusto de hiel
a lo incompleto
de mis días.

Como la oquedad
que siento en el pecho
vacío de su voz y de sus manos
la luna se oculta
en la negritud del infinito.

Luna nueva de mayo,
salva sin sol
ni cohetes,
paz que desecho,
sombra sin eco,
calma sin chicha
ni mar que la mezca.

La nada 
me acecha
desde las alturas.
Y yo, tan insignificante,
tan pequeña,
tanto beso y tanta piel
en potencia, 
desperdiciados
por el curso del destino.

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