miércoles, enero 10, 2018

Cajón desastre



Bienvenidos 
a mi cajón desastre.
En su caos
guardo un corazón
malherido,
los besos que no regresan
y las noches
de luna y vino.

Si rebuscan
un poco más,
encontrarán el dolor
y la desidia,
pero también un brillito
en los ojos
de la esperanza
que nunca se pierde.

Les bastará una ojeada
para ver mi boca, 
que se marchita
y se olvida 
de asumir
que él nunca volverá
a recorrer
los pasillos de esta casa.

Metan la mano
y muevan,
como los bolos de la lotería,
mi descalabrado
cajón desastre.

Entonces
hallarán lo auténtico:
el corazón desbocado,
los brazos abiertos, 
las manos vacías...
Y verán el fantasma,
las lágrimas derramadas,
el futuro que no llega
y el olvido que atenaza.
Y los silencios. 
Demasiado silencio
para mi alma
ruidosa.

Pasen, pasen y vean,
que así vivo,
por su amor
en el desastre.

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