No pido mucho.
Salud y Justicia.
Por ello brindo
y escribo con tinta de tinto
mi carta
a los Magos de Oriente.
Lo del amor
tendrá que esperar.
Lo de tu boca,
tu piel,
tus caricias
lo dejo para otro día.
Para otro año si eso.
Para otro lustro.
Para otro siglo.
Para otra vida.
Hoy sólo pido
salud para los míos
y para mí, para quererme.
Y Justicia
también para los míos,
especialmente para ti,
que te mereces
toda la del mundo.
Lo pido con fuerza.
Le grito al universo.
También le grito tu nombre.
Pero eso ya para otro año,
otro lustro,
otro siglo,
otra vida.
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