miércoles, noviembre 29, 2017

8,2 segundos


No sé cuándo exactamente
transcurrieron
(perversos)
los 8,2 segundos
que bastan
-dice la ciencia-
para que alguien
se enamore
del de enfrente.

Estoy confusa.
No logro averiguar
en qué instante
te convertiste
en impulso de mis días,
en el pulso de mis venas.

Quizá fuera aquella mañana
en que algo eléctrico
me recorrió la columna,
el preciso instante
en que cruzamos la mirada,
el momento justo
en que compartimos
espacio por primera vez.

O quizá fue después,
cuando empecé a necesitar
tu presencia finita,
cuando el fin de semana
se hacía largo
sin el reencuentro.

Tal vez no.
Tal vez fuera más tarde,
la noche en que tu boca y la mía
convivieron juntas
por primera vez,
cuando construimos
un refugio plagado
de piel y besos.

No sé qué conjuro
me lanzaste
ni por qué
me dejé arrastrar
por la locura.
Ni sé cuándo
ni en cuánto tiempo 
lo conseguiste.

Bueno, eso sí lo sé,
te bastaron sólo
8,2 segundos.

No hay comentarios: