viernes, noviembre 24, 2017

La llamada


Envuelvo el corazón
en un trapejo de esparto.
Sólo quiero dejar
de escuchar sus latidos.

Devora este reloj
las horas como días,
los días como puños
letales de ceniza
golpean mi maltrecha
espalda desgastada.

Te busco y no apareces.
No llega la llamada
que me robaba el sueño.
No tengo a quien leerle,
no sé como mecerte
por estas madrugadas.

El corazón se ríe. 
Ignora mi suplicio
de idiota enamorada.
Patética y rebelde,
consumo mi paciencia
y me aferro a la esperanza.

Pero no, no llega. 
Silencio, todos duermen.
No vuelve tu llamada.


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