domingo, noviembre 26, 2017

La Isla


Caminar callada de nuevo,
recorrerte las costillas desnudas,
la espalda mojada, 
mi Isla bonita.

Cómo quiero descubrirte
su boca, despertarte
a su lado,
que saboree tus esquinas.

Porque no saben tus pestañas
dormidas a Portugal ni a tristeza,
sino a la Cádiz sinuosa,
a sal para las heridas.

Duermes, niña bonita,
y tiemblo de amor y frío.
Tus charcos los bebería
sorbo a sorbo,
beso a beso.

No puedes ser más hermosa, 
camino de vuelta a casa.

Isla de mis desvelos,
tan lejana,
tan dormida.
Tan mía,
tan silenciosa.

No hay comentarios: