domingo, noviembre 26, 2017

Osadía


La piel me quema
y me revuelvo
en todos los asientos.
No encuentro el lugar preciso
si no te veo
frente a frente.

Entonces me gana el arrebato
y cometo la osadía
de buscar tus pasos,
de encontrarte
y comerte a mordiscos 
la boca ésa que tienes, 
de robarte el alma
y guardármela 
para siempre
en los bolsillos.

Desisto en el último
segundo
del último
minuto
del último
kilómetro.

Y giro
y callo,
asumo y sigo.

Pero no prometo nada, 
caballero;
en cualquier madrugada
la osadía ganará la batalla.

Entonces
entraré por la ventana,
me colaré en tu cama
y pedirás
a gritos
que nunca más
me marche de tu lado.






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