sábado, diciembre 09, 2017

El mosquito



Siempre,  siempre, siempre
estás ahí.
Como el zumbido
feroz de un mosquito
impertinente.

Siempre estás. 
Presente
por encima de mí,
de mis cosas, 
mis deseos, 
mis dudas
o mi ser cotidiano.

Irrumpes siempre
como un mosquito 
impertinente
que me impide
besar
o me salva 
de todos
los males del mundo.

Y sigues aquí.
Sin más,
con descarada presencia
y sudor en las garras.
Y esta noche,
principito,
hasta pena
me doy 
por esperarte
tanto. 

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