lunes, diciembre 11, 2017

El muro


Siento el inmenso
escalofrío,
el vértigo
de lo ignoto
allá, al otro lado del muro.

Imagino
cómo será todo
dentro de nada,
hielo puro
(ya me va calando
los huesos),
un gélido recuerdo
aislado
en esta vida
que no perdona
ni da tregua.

Los caminantes 
blancos
cercarán
el corazón
atravesado
con la lanza azul
del olvido
y, de un golpe certero,
lo harán saltar 
en mil pedazos.

El tiempo
no nos perdona.

Y yo no puedo escalar
el muro.
Ni siquiera
puedo asomarme
y darte las manos
para calentártelas
con el aliento
cálido
de los que aman
y sufren
y se apasionan
con sólo pensar
en un futuro juntos,
sin obstáculos,
sin muros
ni nieves
ni lanzas azules
que destrocen
los corazones
más bonitos del mundo.

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