domingo, diciembre 31, 2017

La sentencia


Culpable.
Sin más,
sin juicio
ni declaración previa.

No hace falta.
Tú ya lo tienes claro.
Culpable.
Sin derecho a réplica
ni a una defensa propia,
sin oportunidad.
Culpable
y punto.

De nada sirve
lo que te digan otros.
Me dejas hablando sola
en un monólogo inútil.
Me agoto
y sin fuerzas sigo
teniéndote presente.

Qué más da lo que diga.
Qué te importan mis sueños.
Un juguete roto
en tus manos,
un baile solitario
en la madrugada,
una vela apagada,
un callejón sin salida...
Nada.

Me despido
del año
sin asumir 
mi condena.
Pero qué más da,
tú ya me has 
sentenciado.

No hay comentarios: